Gonzalo Martin es uno de
los jóvenes escritores que componen los nuevos retos de Araña editorial. Su
literatura reflexiva ayuda a la sociedad a encontrar en ella respuestas a
tantas preguntas, consecuencia de una forma de vida no demasiado aceptable para
muchos.
Araña editorial a través
de Julia De la Rúa -activista cultural - pregunta y reflexiona con los autores
para dar a conocer su personalidad tan
vital como las palabras que nos legan.
Consideraciones
inoportunas es la propuesta de Gonzalo Martin
para Araña editorial.
+ + +
Julia: Sin lugar a dudas
lo que me animó a indagar en tu oferta literaria fueron estas palabras: «Creo firmemente que hay que dinamizar el proceso
literario, así como la lectura, para llegar a la gente reacia a este tipo de
actividades; hay que propiciar, en esta sociedad exaltada que no tiene tiempo
de nada, un acercamiento al intimismo, a la rápida conclusión, al cebo que haría
nacer una posible afición».
Julia: Me intrigó que un
escritor tan joven se atreviese a indicar a las editoriales una apreciación que
ellas misma parecen obviar. ¿Podrías profundizar en tu propuesta y comentar
sinceramente si tienes la convicción que
en Araña editorial puedes encontrar tu postura?
Un día decidí enviar una obra a
algunas editoriales, una obra que por su atrevimiento sabía que a nadie iba a
interesar, y que trataba de compendiar, bajo acuñación terminológica nueva, una
serie de sensaciones e ideas que todos tenemos pero que no podemos expresar por
carecer de una palabra que la defina. A pesar de la buena acogida,
efectivamente, y como vaticinaba en el prólogo, la obra cayó en la
indiferencia. Yo encantado.
Supongo que la diferencia entre Araña
y otras editoriales pequeñas (más o menos conocidas) es que, si bien muchas tienen
propósitos dignificantes, estas condenan la literatura menos comercial, o más
bien, la menos convencional (en formato y estilo), a que no vea la luz. Y
detrás de una política editorial, ¿qué hay? Editores. ¿De quién depende, por
tanto, el SÍ o el NO? De los editores. En Araña lo que yo escribo se acepta sin
ninguna reserva. Ahí radica la diferencia: tengo total libertad para innovar o
destruir o embellecer. Yo soy el que decido.
Julia:
¿Qué o quiénes o te alientan a escribir? y dada tu forma ¿inquisitiva? de
expresar ¿eres absolutamente sincero en
mostrar las realidades sociales, o aún te da pudor hacerlo?
No tengo ningún pudor en poner a cada
uno en su lugar, aunque me equivoque. Me cansa el beneplácito y las miserias
que genera el grupo. Y lo más importante es que no escribo o doy un
juicio subjetivo desde mi razón, desde Gonzalo, sino que me abstraigo y
concluyo como un colegiado, al que poco le importa lo que genere el ejercicio
de su arbitrio. Asumo mis errores y me mojo. No suelo esconderme detrás de un
discurso ambiguo. Y mucho menos esquivar las consecuencias, ya entonces, como
Gonzalo. Pienso como otro pero los golpes los siento yo en mis carnes.
¿Qué o quiénes me alientan a escribir?
Vivo rodeado de inspiración, y de mi hija Ariel, así que esa parte la tengo
cubierta. Por otro lado, solo necesito un poco de bienintencionada delincuencia
para equilibrar la balanza y que las líneas quieran salir. Soy muchos en uno.
Julia:
¿Qué nivel de compromiso sientes hacia la vida? Cuando leo tus textos me
pareces más bien un ENTE o personaje del
pasado… paladín, justiciero, caballero, juglar, porque además eres músico… No
sé si me equivoco pero me cuesta ver en ti a la inmensa mayoría de los
jóvenes…. Me cautivan estas palabras tuyas: «La idea de ser
inmoral en busca de la moralidad».
La vida para muchos es aburrida,
porque llegan a una edad de «recogida» pero se dan cuenta de que no tienen qué
recoger. No sembraron. No pensaron que el crecer y adquirir experiencia iba más
allá de ganar un buen sueldo y gastarlo. Se olvidaron de potenciar otras
vertientes del alma humana, esas que dan satisfacciones solo con el tiempo...
En ese sentido, yo no estaba dispuesto, ni lo estoy, así que intento aprovechar
el tiempo y que no pase un solo día en que piense «¿qué mierda he hecho hoy?».
No me supone un gran esfuerzo.
Y con respecto a los jóvenes, la
mayoría dan asco. Pero a la vez hay algo entrañable en cada uno de ellos, un
revolotear crédulo que pide a gritos un «norte» y que anuncia, no sé,
¿esperanza? Si no pensase que se pueden cambiar las cosas me tiraría por un
puente. Lo que me horroriza es que el resto no lo hace, lo del puente, cuando
tienen sus vidas vacías. De todos modos no me identifico con su código moral.
¡Dices que soy músico! Aprovecho para
mandar un abrazo a mis colegas de THE BACKSEATS, e invito a todos a que nos
escuchen... ¡buena cosa!
Julia:
Es difícil hacerte preguntas inmediatas ya que alientas a la reflexión en cada una de tus respuestas y además en
todas ellas noto cierta rebeldía. En la primera el hecho de decir que tomas la
decisión de libertad sobre tu obra y además te lo permiten, es un acto que a más de una editorial si escuchan o leen tus palabras se le puede rasgar las vestiduras. Pero tienes razón. Incluso en Araña, yo indico al
equipo que los autores deben
primar sobre los objetivos establecidos
ya que en la mayoría son obsoletos. ¿Por qué? Actualmente todo se basa en un
mercado mercantilista que apuesta por lo seguro e inmediato que ofrece un autor conocido, aunque la obra
no sea novedosa; el miedo a fracasar en las ventas conduce a despreciar ofertas
como la tuya. Para mí lo desconocido ―en este caso un autor desconocido―
siempre encierra una carga de misterio, creatividad, frescura… y eso será más
difícil de comercializar pero más agradable y socialmente más positivo por lo
que aporta.
Esa perspectiva con la que afrontas el
proceso de «selección» de manuscritos es posible porque tú compartes las
frustraciones y éxitos de muchos de nosotros. Tú como artista te sitúas al otro
lado de la administración editorial, aunque tengas que tomar decisiones como
uno de ellos. ¿Qué puedo decir? A mí no me va que me impongan un estilo o un
«hacer», así que huiré de ese perfil de persona o de editorial. Si estoy bien
en un sitio, es porque no hay ningún tipo de traba (insalvable) que enfrente
las posiciones.
Julia:
Por ejemplo, lo que has comentado sobre la juventud, que yo adjudico a la sociedad en general, me entristece mucho y
a la vez pienso que el que sea un joven de 25 años el que habla, relata o
transmite sus experiencias y que a la
vez vive el mismo momento que los demás, y por lo tanto sufre esa sociedad, es
muy positivo. Creo que los escritores o escritoras nos debemos obligar a
relatar la verdad que vivimos no solo por nuestra necesidad existencial o
por tratar de mitigar el dolor que nos
produce por ejemplo la actual crisis. Si con la escritura, el arte o la música
insuflamos ALTERNATIVAS REALES eso es un valor inmenso que puede ayudar a
muchos jóvenes a salir del hastío o, al menos, a PENSAR que hay otros CANALES
como la cultura, el arte, la música, donde se puede ver con claridad que la esperanza
existe o puede existir.
Claro. El problema es que la
maquinaria de ataque de la TECNOLOGÍA DESMEDIDA hace muy difícil restaurar el
anterior «orden recreativo». Esto afecta especialmente a los jóvenes. La gente
ya no tiene tiempo para el ocio reflexivo. Si
acaso las familias con niños pequeños es lo más joven que se ve en exposiciones
o en muestras (algunos jóvenes también, contados). Pero solo podemos aspirar a
llegar a unos pocos. Esa es la verdad. Porque no se puede desbancar esa
satisfacción inmediata que provee la RED (internet, los ordenadores y todo
eso).
Históricamente solo el padecimiento ha
sido capaz de cambiar las cosas... y yo, por mucho que abogue por el frenesí y
el desbaratamiento, estoy muy lejos de querer una GUERRA o algo así que
precipite un cambio NO REPRESENTATIVO. Prefiero seguir a la sombra.
Julia:
Otra de las apuestas que vi en tus obras
es que hablas sobre el reversionismo.
He leído algún artículo, incluso un MANIFIESTO que
habla sobre el movimiento, y
además debo decirte que uno de los personajes de tu novela me ha seducido hasta el extremo de preguntarme si
ha sido creado por un escritor de los años setenta, en los que los jóvenes éramos mucho mas irreverentes y trasgresores
debido a una crisis demencial de falta de libertad CREATIVA Y ESPIRITUAL que
asolaba a casi todo el mundo.
El reversionismo no es una apuesta. Es un sentir muy concreto, como de gusto por el
pasado más inmediato, PERO NO EL PASADO POLÍTICO, mierda, sino el humano, el
considerar más entrañable y aún por bruñir el mundo de las incertidumbres y las
oportunidades, DEL AYER. Hoy en día está todo inventado, y dicho. Todos saben
demasiado de todo. Los niños, los adolescentes, los adultos. Llegar a viejo con
la mente más o menos limpia será un jodido logro. Es por eso que unos pocos
capullos intentamos redefinir algunos términos, y costumbres, en vez de
adscribirnos a lo fácil. Y desde nuestras posibilidades, hombre. Que siempre es
difícil hacerse oír o que alguien te preste atención en esto de las letras. O
las artes. ¿Cómo separarlo?
Con respecto al personaje que te ha seducido, ¡dime exactamente
cuál es! Porque no creo que se trate del antropófago... ( :
Julia: ¿Crees que es de vital
importancia dar a conocer el movimiento REVERSIONISTA? De ser así ¿qué tipo de
cambio crees que podría alcanzar la
sociedad? Podríamos entrar en otra ERA donde fuera posible vivir con más
igualdades y menos corrupción ya sea política o social? Y ¿crees que sería
duradera o por el contrario volvería a caer en SOCIEDADES PERDIDAS?
Pues mira, ahora que acabo de comer acompañado de un buen tinto a
granel embotellado (al que he visto morir), creo que si cada uno de nosotros
tuviese un mínimo de interés por lo que le rodea, filtrado todo por un prisma
de calidez y AMOR PROPIO, algo cambiaría. Tampoco me atrevo a presagiar qué
incidencia tendría el SENTIR, pero desde luego yo me daría con un canto en los
dientes. Por supuesto, la trifulca y las rivalidades también quedarían
integradas en ese hipotético modelo de sociedad; ¡cuántos estados de ánimo se
pueden llegar a conocer! Simplemente digo que habría que atenuar todo lo malo
de hoy, pero no eliminarlo. Por otro lado, una buena dirigencia política de
corte reversionista reforzaría mucho el SISTEMA. JA. Lo haría férreo frente a las
corruptelas.
Julia:
¿Prefieres seguir en la sombra? ¿Acaso estás en ella? Yo no lo creo. Un
escritor no lo está, y menos una persona que piensa y actúa. Y tú escribes,
piensas y te inventas personajes que seducen y provocan. Eso es revolución y ¿a
qué nos lleva? Si no a la Guerra de armas, sí a una Guerra de conciencias.
¿Ah, sí? Me gusta eso que dices... La
GUERRA DE CONCIENCIAS... aunque ¿contra quién es? ¿Quiénes integran ambos
bandos? Veo mucho activismo hoy en día, bien encaminado, pero que adolece de
cohesión. Creo que con una literatura combativa se pueden recoger
características de, por ejemplo, un movimiento, y darle un perfil novelesco que
ayude a interpretar mejor su esencia. ¿Por qué no? Antes de conseguir nada hay
que sentar unas bases y granjearse una especie de militancia afín abierta a
todo.
Antes me refería a estar en la sombra
en un sentido REVOLUCIONARIO, a que, de momento, prefiero seguir dentro de la
legalidad y llegar SOLO con las palabras (que no es poco).
Julia:
Tus repuestas, me han hecho ver carencias que añoro y no solo eso sino que
sufro por no tenerlas, por ejemplo. Charlas libres que cautiven y te hagan
gozar…. comer y poder disfrutar de un vinito sin prisas… la complicidad de
compartir una comida… una madrugada preparando un desayuno anticipado después
de una larga noche en cualquier lugar… eso es para mí ya casi es una Utopía y culpo a la nuevas formas de
comunicarse que nos han hecho seres solitarios y tímidos de los demás… Ahora
entiendo lo que en realidad es el REVERSIONISMO…. ¿Una especie de sentimiento
en búsqueda del HEDONISMO antiguo o no demasiado lejano?
BRAVO... Tú lo has dicho, «no
demasiado lejano». Lo que pasa es que el esquema de valores ha cambiado, se ha
envilecido, y yo creo que tiene mucho que ver con el alcance anímico-social de
la monstruosa PUBLICIDAD (las nuevas «comunicaciones» que dices), que llega a
todos lados. Desde que te levantas a cagar la tienes encima. No podemos ni
siquiera ir a hacer la compra sin que intenten influir en tus decisiones. Y eso,
sin duda, influye en tu forma de articular el OCIO, y lo que haces, y lo que
comes... TODO. Por eso, esas veladas de las que hablas ya nunca podrán ser tal,
reuniones sinceras, porque la gente no entendería el concepto. Se perderían sin
un IPHONE al lado al que mirar cada
minuto, o sin beber ese licor sofisticado que han visto en la tele... qué
quieres que te diga, este siglo da un poco de asco... y la gente más.
Julia: No
creo que te sorprenda si te digo que me ha cautivado Silvestre. Y lo ha hecho porque
lo has erigido en todo un ENTE del que ha nacido toda tu obra ¿me entiendes?
SILVESTRE Irracional, surrealista,
expresionista…con ligeros toques racionales que debo confesar que no entendía,
pero que si admito tus explicaciones ¡entiendo!
Claro, es que Silvestre es una víctima
CONSCIENTE del statu quo vigente. Él
sabe qué no funciona en la sociedad (o se hace una idea), y aunque trata de
hacérselo ver al mundo, tampoco está en condiciones de escapar a ello. La única
forma de escapar es dejando de pertenecer a esa sociedad de hoy, y eso me
parece que es muy difícil (siempre que
tu corazón siga latiendo). El final que tiene Silvestre es una forma de
anunciar lo efímero de nuestros deseos; cualquier agente externo puede truncar
una progresión que creíamos METEÓRICA. Por eso más vale disfrutar UN presente
que perder el tiempo con cuentos de la lechera.
Julia:
Silvestre es un hombre y a pesar de serlo me ha hecho sentir mi vida pasada, mi
hoy o mi ahora…y admiro en él ese tirar hacia adelante, aunque se agazape como
un feto ante el peligro, la capacidad de vivir el otro lado de la razón
establecida, la virtud de hablar de lo que ve, con quejas, y su aceptación-no
aceptación al TODO…su final.
Me parece que en cuestiones
ontológicas, esas que tratan los aspectos trascendentales del ser, no hay
diferencias de GÉNERO. Silvestre lo mismo podría haber sido una mujer, y
haberse follado al mundo, y seguiría ostentando con la misma dignidad el
estandarte de la DESOBEDIENCIA. Cuando uno mira dentro de sí mismo no piensa en
si tiene vagina o pene, solo en que ve sentimientos... y, dime Julia, ¿tienen
género los sentimientos? Más que un hombre, Silvestre es persona... una
que no acepta que un convencionalismo le JODA. Y en la vida son todo
convenciones...
Julia: Claro,
seguro que ahora dirás por qué me veo reflejada en él y no en las mujeres, y es
porque en ellas veo a MUJERES más razonables a las que marcas
como escritor…estereotipos, más maternalistas o paternalistas como para darnos
explicaciones de necesidad de protección cuando Silvestre no tiene tiempo, ni
espacio, ni razón…y no es una crítica negativa, solo que por ejemplo yo me veo más sobreviviendo ante la jauría
social por mí misma, como él, pase lo que pase al final del túnel y de ahí que
me choque lo razonable establecido
que parece tener.
Si tienes demasiados apegos en la vida
tienes un problema. Como yo lo tengo. Cuando estás solo y piensas en el
desbarajuste, es muy fácil tener éxito, porque te marcas objetivos más o menos
fáciles de satisfacer (aquellos que una sola cabeza, una sola mente, puede
proveer). Sin embargo en grupo las metas son más ambiciosas, y cuanta más gente
haya involucrada más se desvirtúa el verdadero sentido de la EMPRESA... porque
se busca satisfacer a todos. Yo soy de los que opina que si quieres que algo
salga bien, y a tu gusto, no dejes que los demás intervengan. Hazlo tú mismo.
Julia: Entonces…
Estoy de acuerdo en todas tus respuestas y estoy pensando que me merece más la
pena seguir siendo lectora y NO SER ENTREVISTADORA y seguir envuelta en ese
lado del absoluto – surrealista de tus obras que me hace seguir soñando que es
posible vivir de sueños y placeres de inconmensurable o buscar la belleza, transgredir
la vida cotidiana… leyendo a los demás o yo misma pintando una acuarela de la
que van naciendo encantadores monstruos revolucionarios que me dan claves o respuestas
a mis dudas.
Jajaja sí, eso está muy bien,
mancharse el espíritu con lo que otros llaman «miserias», aunque tú también
tienes cualidades de mecenas. ¿Cómo vas a restringir ese impulso inconsciente
de atraerte a los ingenuos idealistas como yo y potenciar sus estridencias? El
trabajo siempre da sus frutos, da igual si uno hace esto o lo otro, mientras
que lo haga con sinceridad. GRACIAS.
Julia: También
pienso que si sigo haciendo preguntas daremos muchas respuestas los lectores
que DEBEN descubrir tus CONSIDERACIONES o tu obra de extrema sensibilidad ¿no
te parece?
Te
agradezco mucho que hayas llenado con esta entrevista el ansia que tenía de
hablar SIN TAPUJOS y saber entregarse o como vulgarmente se suele decir,
mojarse... O comprometerse.
Bueno, es hora de dejar la humildad a
un lado ¿no? Creo que todos deberían leerme. Y ya está. Porque me odiarás o me
encumbrarás y a mí me dará igual, pero siempre te habrás obligado a
«interpretar», una idea de mis escritos o lo que sea, y eso sentará un valioso
precedente: el de leer entre líneas. Si todos lo hiciésemos más a menudo no nos
engañarían tanto. Con razón dice el refrán que el sentido común es el menos
común de los sentidos.
Julia.
Te dejo la libertad de decir lo que quieras o simplemente hacerme tú la última
pregunta y lo demás se irá tejiendo como un juego de niños que corren por un
gran camino cargado de extraños seres que sonríen divertidos porque al fin han encontrado la Esperanza en
la literatura.
JODER, me dejas sin palabras con esa
perspectiva tan SUBLIME; un día me gustaría a mí hacer las preguntas y ser tú
la que respondas. Creo que no tengo mucho más que decir, además de expresar mi
agradecimiento por la libertad con que puedo hablar y enredar desde este
microcosmos que es ARAÑA.
Julia:
Y … ¡Tango!
Otro
personaje literario en tu novela La
incógnita, la voz o conciencia que me fascina…
Tango es la personificación (o la canización
más bien) de todos nuestros temores. Da igual la forma que adopte, es eso que
siempre está ahí y que nos da dos de cal y una de arena; una fuerza que tampoco
comprendemos.
Julia: Gracias
de nuevo, Gonzalo. Ahora solo nos espera crear tu libro para después
llevarlo en el mejor bolsillo de
nuestra chupa callejera y batallar
conciencias, y por supuesto espero con cierta intriga tus preguntas, solo te
pondré una condición, que me las hagas enredados
en la música de los THE
BACKSEATS tu otra faceta… la música, mi arma favorita, la que sabe de verdad
que la BELLEZA ES POSIBLE.
Jajajaja... POR DICHO. Muchas gracias.
@ araña editorial.
Julio 2012
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